PREVALENCIA EN CIRUGIAS
Se realizó una revisión en las revistas indexadas en Chile (Acta Bioethica; Ciencia & Trabajo; Ciencia y Enfermería; International Journal of Morphology; Revista Chilena de Cirugía; Revista Chilena de Neuro-Psiquiatría; Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología; Revista Chilena de Nutrición ; Revista Chilena de Radiología; Revista Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello; Revista Médica de Chile); España (Anales del Sistema Sanitario de Navarra; Archivos de Prevención de Riesgo Laboral; Revista Clínica y Salud; ENE Revista
de Enfermería; Dynamis; Enfermería Global; FEM Revista de la Fundación Educación Médica; Gaceta Sanitaria; Gerokomos; Index de Enfermería; Medicina y Seguridad del Trabajo; Revista Andaluza de Medicina del Deporte; Revista Clínica de Medicina de Familia; Revista
Española de Salud Pública; Revista de Osteoporosis y Metabolismo Mineral; Medicina del Trabajo; Sanidad Militar); México (Acta Ortopédica Mexicana; Acta Universitaria; Ciencia UAT; Enfermería Universitaria; Investigación en Educación Médica; NCT Neumología
y Cirugía de Tórax; Revista de la Asociación Mexicana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva; Revista Mexicana de Ciencias Farmacéuticas; Salud Pública de México; Cirujano General: Asociación Mexicana de Cirugía General; Gaceta Médica de México; Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM) y Argentina
(Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana; Medicina Buenos Aires; Revista Argentina de Radiología; Revista Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología; Salud Colectiva; Revista Argentina de Cirugía; Revista Argentina de Neurocirugía). La cantidad de intervenciones quirúrgicas ha aumentado a nivel global durante la última década (OMS, 2016). En EE.UU. diversos investigadores descubrieron que en 2012 se realizaron aproximadamente 312,9 millones de operaciones a nivel global, lo que representa un aumento
del 38% respecto de la cifra estimada de las intervenciones quirúrgicas realizadas en 2004 (Weiser, Haynes, Molina,
Lipsitz, Esquivel, Uribe - Leitz, Fu, Azad, Chao, Berry y
Gawande, 2016). Los estudios muestran que en Chile al 2011, se realizaron en total 1.190.683 procedimientos quirúrgicos en
el país (DEIS, 2017) de los cuales, las principales cirugías son cesáreas con 62.224 pacientes y le siguen los procedimientos quirúrgicos de patología digestiva (Colecistectomía 51.877, apendicectomía 36.993 pacientes) y cirugías de alta complejidad (gastrectomía Revisión Teórica de las Estrategias de Afrontamiento (Coping) según el Modelo Transaccional de Estrés y Afrontamiento de Lazarus & Folkman en Pacientes Quirúrgicos Bariátricos, Lumbares y Plásticos y esofagectomía, intervenciones asociadas a cáncer)
(Csendes, 2015). Por este motivo, es necesario estudiar
las variables psicológicas que intervienen en dichos procedimientos.
En relación a las cirugías bariátricas, para la OMS (2012) la obesidad y el sobrepeso se define como: "una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud" (González, 2016). Esta misma organización ha señalado que: "el sobrepeso y la obesidad son el quinto factor principal de riesgo de defunción en
el mundo. Cada año fallecen por lo menos 2,8 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso o la obesidad "(OMS, 2012; González, 2016). En Chile se observa un alza sostenida en intervenciones desde 2003, con la realización de 4.040 procedimientos bariátricos y 896 bypass gástricos, entre centros médicos privados y diez Universidades; la mayoría de los sistemas se realizaron en el Hospital Clínico de la Universidad Católica, el Hospital
Clínico de la Universidad de Chile, Integra médica y Hospital San Juan de Dios (Bilbao, 2016). Es importante mencionar que la cirugía bariátrica es una cirugía funcional o metabólica. Su objetivo no es estético, sino que se trata del método más eficiente para disminuir
los daños colaterales de la obesidad (Rojas, Brande, Miranda & Pérez - Luco, 2011). Las técnicas quirúrgicas utilizadas pueden ser restrictivas (o simples) o bien mal abortivas (o mixtas). Las técnicas restrictivas reducen la capacidad del estómago, produciendo una sensación precoz de llenado gástrico, disminuyendo así la cantidad
de alimento que la persona ingiere. Las técnicas mal abortivas hacen que los alimentos ingeridos no sean bien aprovechados y las grasas no sean absorbidas por el intestino (De la Viuda Suárez & cols, 2016). Cabe destacar que la importante pérdida de peso y la disminución de los peligros médicos mejoran notablemente el estado psicológico y la calidad de vida de los pacientes tras la intervención (González, 2016). La obesidad es una enfermedad compleja que se
desarrolla por una interacción del genotipo con el ambiente. Actualmente, se entiende que el desarrollo de esta enfermedad comprende muchos factores, entre otros comportamentales, sociales, culturales, metabólicos, fisiológicos, genéticos y psicológicos (González, 2016). Es un problema de salud mundial asociado conel desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas. La
cirugía bariátrica es el tratamiento que ha mostrado mayor efectividad para la obesidad severa; sin embargo, el paciente debe modificar su estilo de vida para mantener la pérdida de peso a largo plazo (Sierra & cols, 2014). Del mismo modo, Parilla & Landa (2010) afirman que la cirugía ha demostrado ser el único tratamiento efectivo para el control de la obesidad mórbida. Este es un procedimiento "que resulta eficaz a largo plazo (> 5 años) en pacientes con obesidad mórbida y cuando se comparan los procedimientos quirúrgicos con los no quirúrgicos, se confirma que la cirugía es un tratamiento altamente coste-efectivo "(Parilla y Landa, 2010; González, 2016). De esta misma manera, la comorbilidad psicológica es más prevalente en los pacientes con obesidad mórbidaque solicitan cirugía bariátrica, que corresponda aproximadamente un 84%. Estas alteraciones hijo principalmente la ansiedad, la depresión, los trastornos de la personalidad o la bulimia. Por lo mismo, se hace necesario la intervención de un profesional de la psicología en momentos muy precisos; tanto en la etapa de preparación (evaluación) para la cirugía bariátrica y como en la fase de recuperación o post intervención (González, 2016). En relación a la cantidad de cirugías plásticas o estéticas, se ha reportado la duplicación de este tipo de intervenciones en los últimos 10 años en todo el mundo, incluida Latinoamérica. Se estima que cada año se realizan alrededor de 234 millones de operaciones de cirugía mayor a lo largo del mundo, es decir, una por cada 25 personas (Laguado et. Al, 2015). Según la Asociación Británica de Cirujanos Plásticos, en 2007 todos los procedimientos en cirugía plástica se incrementaron en un 12,2%, mientras que en 2006 fue del 31,2%. El 91% de los procedimientos fueron realizados
en mujeres, donde la mamoplastía de aumento fue la más prevalente, mientras que para la mayoría de los hombres fue la rinoplastía (Carrero, 2009). Por otra parte, para la Sociedad Norteamericana de Cirugía Plástica (ASAPS, por sus siglas en inglés) (2008), ha habido un aumento del 203% en el número de
intervenciones de este tipo realizadas en Estados Unidos entre 1997 y 2003. Dicha situación llevaría a que sea el país ubicado en el primer puesto del ranking mundial de Realización de esta clase de procedimientos. La Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética publicada en 2014 las estadísticas mundiales de procedimientos estéticos. Los países con mayor número de estas intervenciones al año resultaron ser Estados Unidos, con el 20,1% de las intervenciones mundiales; Brasil, con
el 10,2% y Japón, con el 6,2%. Este estudio pertinente además que el mayor porcentaje de intervenciones quirúrgicas con fines estéticos a nivel mundial corresponde a cirugías de párpado, liposucciones y aumento mamario. Un 86,3% de los procedimientos fueron realizados en mujeres, mientras que sólo el 13,7% de los pacientes sometidos a ellos correspondió a hombres. Si bien en Chile no hay mucha evidencia científica en torno a cirugías estéticas, el Departamento de Cirugía Plástica de la Pontificia Universidad Católica de Chile (2003-2005) informó 5.300 cirugías realizadas en este período y que el Aumento Mamario fue el procedimiento estético más
frecuente. Junto a lo anterior, le siguen las liposucciones, rinoplastías, blefaroplastías y abdominoplastías. A su vez, el estudio realizado por Espinoza (2005), evidenció que el 32,2% de los residentes de Cirugía General tenían preferencias por optar a Cirugía Plástica, Reparadora y Estética como especialidad derivada,
siendo la más solicitada. Los procedimientos de cirugía plástica son progresivamente más frecuentes, abarcando una población heterogénea (Nazar, 2014). Según el compendio estadístico del Instituto Nacional de Estadísticas publicado durante 2015, sólo a través del sistema de libre elección de FONASA se realizaron 3.862 cirugías plásticas o reparadoras durante 2014, de las cuales 2.021 fueron efectuadas en la Región Metropolitana (INE, 2015). En relación a las cirugías de columna, por los riesgos...
Modelo Transaccional de Estrés y Afrontamiento
Dentro de los Modelos de Salud más importante se encuentra el Modelo Transaccional de Estrés y Afrontamiento de Lazarus y Folkman (1984), que plantea que el Afrontamiento es un proceso dinámico de evaluación y reevaluación del repertorio de estrategias que poseen los individuos para hacer frente a una situación que es
ensayo como amenazante o desbordante, y su función es reducir o mitigar los efectos del estrés psicológico (Lazarus & Folkman, 1984; Lazarus & Folkman, 1987; Sandín & Chorot, 2003; Ortega & Salanova, 2016). Frente a los eventos estresores, los individuos realizarían
dos tipos de evaluaciones: la primaria, donde se evalúa si el evento es dañino o no; y la secundaria, donde se evalúa si uno tiene las capacidades para hacer frente a dicho evento (Autoeficacia percibida). En esta evaluación secundaria frente a un evento estresor, las personas se preguntarían si sus habilidades y recursos de Afrontamiento serán suficientes para enfrentar el evento, si será capaz o no de enfrentar dicho evento, es decir, cómo se percibe y
esto apunta justamente a la Autoeficacia. De esta manera, el Afrontamiento dependiente de esta evaluación secundaria (Lazarus & Folkman, 1984). Para enfrentar el estrés, las personas recurren a estos repertorios, que se traducen en estrategias cognitivas y / o conductuales que mediatizan la relación entre lapercepción del estrés y el proceso de adaptación (somática y psicológica). La habilidad para manejar situaciones estresantes dependientes de los recursos de Afrontamiento disponibles (Paris & Omar, 2009; Nava, Quiroz, Zaira & Soria, 2010; Ortega & Salanova, 2016).
Los recursos desempeñan un rol crucial en la relación estrés - salud - enfermedad y son entendidos como características más o menos estables del individuo y del ambiente en que se desenvuelve (Sandín & Chorot, 2003; Paris & Omar, 2009; Ortega & Salanova, 2016 ).
En ese sentido, según Folkman (2010) el estrés es un fenómeno contextual, se trata de una transacción entre la persona y el contexto en el que se encuentra en un momento determinado. Por lo tanto, la eficacia de las estrategias de Afrontamiento y los resultados asociados a ella depende tanto de los aspectos estables (características de personalidad, valores y creencias personales) como de los elementos inherentes a la propia situación, entre los
que destacan las emociones que la persona siente en ese
momento (Törestad, Magnuson y Oláh, 1990; Lazarus,
2000; Ortega y Salanova, 2016). Las estrategias propuestas por Lazarus y Folkman (1984) son el Afrontamiento dirigido a la acción, que son todas aquellas actividades o manipulaciones orientadas
a modificar o alterar el problema; y el Afrontamiento dirigido a la emoción, que implica las acciones que ayudan a regular las respuestas emocionales a las que el problema da lugar (Folkman & cols, 1986) .Las formas de Afrontamiento dirigidas a la emoción
tienen más probabilidad de aparecer cuando ha habido una evaluación de la que no se puede hacer nada para modificar las condiciones amenazantes o desafiantes del entorno. Por otro lado, las formas de Afrontamiento dirigidas al problema son más susceptibles de aparecer cuando tales condiciones resultan evaluadas como susceptibles de cambio (Nava & cols, 2010).
Una tercera respuesta de Afrontamiento, planteada posteriormente, se refiere a mantener un estado positivo frente a las situaciones graves de estrés, denominado Afrontamiento centrado en estados positivos (Folkman, 1997; Folkman & Moskowitz, 2000; Forero, Bernal & Restrepo, 2005; Moskowitz , Shmueli - Blumger, Acree
Y Folkman, 2012). El uso de estrategias de Afrontamiento pueden ser o no adaptativas (Sandín & Chorot, 2003) y no siempre el proceso es positivo, incluso cuando se tenga éxito en eliminar o mitigar el estresor, pues el proceso en sí mismo conlleva una fatiga que puede llegar a tener iguales consecuencias negativas que el estresor, puesto
que agotan la capacidad psíquica y limitan los recursos de las personas (Kosek & Hansson, 1997; Gaviria, Vinaccia, Quiceno, Martínez, Yépez, Echevarría, Contreras & Pineda, 2006)...
Se realizó una revisión en las revistas indexadas en Chile (Acta Bioethica; Ciencia & Trabajo; Ciencia y Enfermería; International Journal of Morphology; Revista Chilena de Cirugía; Revista Chilena de Neuro-Psiquiatría; Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología; Revista Chilena de Nutrición ; Revista Chilena de Radiología; Revista Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello; Revista Médica de Chile); España (Anales del Sistema Sanitario de Navarra; Archivos de Prevención de Riesgo Laboral; Revista Clínica y Salud; ENE Revista
de Enfermería; Dynamis; Enfermería Global; FEM Revista de la Fundación Educación Médica; Gaceta Sanitaria; Gerokomos; Index de Enfermería; Medicina y Seguridad del Trabajo; Revista Andaluza de Medicina del Deporte; Revista Clínica de Medicina de Familia; Revista
Española de Salud Pública; Revista de Osteoporosis y Metabolismo Mineral; Medicina del Trabajo; Sanidad Militar); México (Acta Ortopédica Mexicana; Acta Universitaria; Ciencia UAT; Enfermería Universitaria; Investigación en Educación Médica; NCT Neumología
y Cirugía de Tórax; Revista de la Asociación Mexicana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva; Revista Mexicana de Ciencias Farmacéuticas; Salud Pública de México; Cirujano General: Asociación Mexicana de Cirugía General; Gaceta Médica de México; Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM) y Argentina
(Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana; Medicina Buenos Aires; Revista Argentina de Radiología; Revista Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología; Salud Colectiva; Revista Argentina de Cirugía; Revista Argentina de Neurocirugía). La cantidad de intervenciones quirúrgicas ha aumentado a nivel global durante la última década (OMS, 2016). En EE.UU. diversos investigadores descubrieron que en 2012 se realizaron aproximadamente 312,9 millones de operaciones a nivel global, lo que representa un aumento
del 38% respecto de la cifra estimada de las intervenciones quirúrgicas realizadas en 2004 (Weiser, Haynes, Molina,
Lipsitz, Esquivel, Uribe - Leitz, Fu, Azad, Chao, Berry y
Gawande, 2016). Los estudios muestran que en Chile al 2011, se realizaron en total 1.190.683 procedimientos quirúrgicos en
el país (DEIS, 2017) de los cuales, las principales cirugías son cesáreas con 62.224 pacientes y le siguen los procedimientos quirúrgicos de patología digestiva (Colecistectomía 51.877, apendicectomía 36.993 pacientes) y cirugías de alta complejidad (gastrectomía Revisión Teórica de las Estrategias de Afrontamiento (Coping) según el Modelo Transaccional de Estrés y Afrontamiento de Lazarus & Folkman en Pacientes Quirúrgicos Bariátricos, Lumbares y Plásticos y esofagectomía, intervenciones asociadas a cáncer)
(Csendes, 2015). Por este motivo, es necesario estudiar
las variables psicológicas que intervienen en dichos procedimientos.
En relación a las cirugías bariátricas, para la OMS (2012) la obesidad y el sobrepeso se define como: "una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud" (González, 2016). Esta misma organización ha señalado que: "el sobrepeso y la obesidad son el quinto factor principal de riesgo de defunción en
el mundo. Cada año fallecen por lo menos 2,8 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso o la obesidad "(OMS, 2012; González, 2016). En Chile se observa un alza sostenida en intervenciones desde 2003, con la realización de 4.040 procedimientos bariátricos y 896 bypass gástricos, entre centros médicos privados y diez Universidades; la mayoría de los sistemas se realizaron en el Hospital Clínico de la Universidad Católica, el Hospital
Clínico de la Universidad de Chile, Integra médica y Hospital San Juan de Dios (Bilbao, 2016). Es importante mencionar que la cirugía bariátrica es una cirugía funcional o metabólica. Su objetivo no es estético, sino que se trata del método más eficiente para disminuir
los daños colaterales de la obesidad (Rojas, Brande, Miranda & Pérez - Luco, 2011). Las técnicas quirúrgicas utilizadas pueden ser restrictivas (o simples) o bien mal abortivas (o mixtas). Las técnicas restrictivas reducen la capacidad del estómago, produciendo una sensación precoz de llenado gástrico, disminuyendo así la cantidad
de alimento que la persona ingiere. Las técnicas mal abortivas hacen que los alimentos ingeridos no sean bien aprovechados y las grasas no sean absorbidas por el intestino (De la Viuda Suárez & cols, 2016). Cabe destacar que la importante pérdida de peso y la disminución de los peligros médicos mejoran notablemente el estado psicológico y la calidad de vida de los pacientes tras la intervención (González, 2016). La obesidad es una enfermedad compleja que se
desarrolla por una interacción del genotipo con el ambiente. Actualmente, se entiende que el desarrollo de esta enfermedad comprende muchos factores, entre otros comportamentales, sociales, culturales, metabólicos, fisiológicos, genéticos y psicológicos (González, 2016). Es un problema de salud mundial asociado conel desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas. La
cirugía bariátrica es el tratamiento que ha mostrado mayor efectividad para la obesidad severa; sin embargo, el paciente debe modificar su estilo de vida para mantener la pérdida de peso a largo plazo (Sierra & cols, 2014). Del mismo modo, Parilla & Landa (2010) afirman que la cirugía ha demostrado ser el único tratamiento efectivo para el control de la obesidad mórbida. Este es un procedimiento "que resulta eficaz a largo plazo (> 5 años) en pacientes con obesidad mórbida y cuando se comparan los procedimientos quirúrgicos con los no quirúrgicos, se confirma que la cirugía es un tratamiento altamente coste-efectivo "(Parilla y Landa, 2010; González, 2016). De esta misma manera, la comorbilidad psicológica es más prevalente en los pacientes con obesidad mórbidaque solicitan cirugía bariátrica, que corresponda aproximadamente un 84%. Estas alteraciones hijo principalmente la ansiedad, la depresión, los trastornos de la personalidad o la bulimia. Por lo mismo, se hace necesario la intervención de un profesional de la psicología en momentos muy precisos; tanto en la etapa de preparación (evaluación) para la cirugía bariátrica y como en la fase de recuperación o post intervención (González, 2016). En relación a la cantidad de cirugías plásticas o estéticas, se ha reportado la duplicación de este tipo de intervenciones en los últimos 10 años en todo el mundo, incluida Latinoamérica. Se estima que cada año se realizan alrededor de 234 millones de operaciones de cirugía mayor a lo largo del mundo, es decir, una por cada 25 personas (Laguado et. Al, 2015). Según la Asociación Británica de Cirujanos Plásticos, en 2007 todos los procedimientos en cirugía plástica se incrementaron en un 12,2%, mientras que en 2006 fue del 31,2%. El 91% de los procedimientos fueron realizados
en mujeres, donde la mamoplastía de aumento fue la más prevalente, mientras que para la mayoría de los hombres fue la rinoplastía (Carrero, 2009). Por otra parte, para la Sociedad Norteamericana de Cirugía Plástica (ASAPS, por sus siglas en inglés) (2008), ha habido un aumento del 203% en el número de
intervenciones de este tipo realizadas en Estados Unidos entre 1997 y 2003. Dicha situación llevaría a que sea el país ubicado en el primer puesto del ranking mundial de Realización de esta clase de procedimientos. La Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética publicada en 2014 las estadísticas mundiales de procedimientos estéticos. Los países con mayor número de estas intervenciones al año resultaron ser Estados Unidos, con el 20,1% de las intervenciones mundiales; Brasil, con
el 10,2% y Japón, con el 6,2%. Este estudio pertinente además que el mayor porcentaje de intervenciones quirúrgicas con fines estéticos a nivel mundial corresponde a cirugías de párpado, liposucciones y aumento mamario. Un 86,3% de los procedimientos fueron realizados en mujeres, mientras que sólo el 13,7% de los pacientes sometidos a ellos correspondió a hombres. Si bien en Chile no hay mucha evidencia científica en torno a cirugías estéticas, el Departamento de Cirugía Plástica de la Pontificia Universidad Católica de Chile (2003-2005) informó 5.300 cirugías realizadas en este período y que el Aumento Mamario fue el procedimiento estético más
frecuente. Junto a lo anterior, le siguen las liposucciones, rinoplastías, blefaroplastías y abdominoplastías. A su vez, el estudio realizado por Espinoza (2005), evidenció que el 32,2% de los residentes de Cirugía General tenían preferencias por optar a Cirugía Plástica, Reparadora y Estética como especialidad derivada,
siendo la más solicitada. Los procedimientos de cirugía plástica son progresivamente más frecuentes, abarcando una población heterogénea (Nazar, 2014). Según el compendio estadístico del Instituto Nacional de Estadísticas publicado durante 2015, sólo a través del sistema de libre elección de FONASA se realizaron 3.862 cirugías plásticas o reparadoras durante 2014, de las cuales 2.021 fueron efectuadas en la Región Metropolitana (INE, 2015). En relación a las cirugías de columna, por los riesgos...
Modelo Transaccional de Estrés y Afrontamiento
Dentro de los Modelos de Salud más importante se encuentra el Modelo Transaccional de Estrés y Afrontamiento de Lazarus y Folkman (1984), que plantea que el Afrontamiento es un proceso dinámico de evaluación y reevaluación del repertorio de estrategias que poseen los individuos para hacer frente a una situación que es
ensayo como amenazante o desbordante, y su función es reducir o mitigar los efectos del estrés psicológico (Lazarus & Folkman, 1984; Lazarus & Folkman, 1987; Sandín & Chorot, 2003; Ortega & Salanova, 2016). Frente a los eventos estresores, los individuos realizarían
dos tipos de evaluaciones: la primaria, donde se evalúa si el evento es dañino o no; y la secundaria, donde se evalúa si uno tiene las capacidades para hacer frente a dicho evento (Autoeficacia percibida). En esta evaluación secundaria frente a un evento estresor, las personas se preguntarían si sus habilidades y recursos de Afrontamiento serán suficientes para enfrentar el evento, si será capaz o no de enfrentar dicho evento, es decir, cómo se percibe y
esto apunta justamente a la Autoeficacia. De esta manera, el Afrontamiento dependiente de esta evaluación secundaria (Lazarus & Folkman, 1984). Para enfrentar el estrés, las personas recurren a estos repertorios, que se traducen en estrategias cognitivas y / o conductuales que mediatizan la relación entre lapercepción del estrés y el proceso de adaptación (somática y psicológica). La habilidad para manejar situaciones estresantes dependientes de los recursos de Afrontamiento disponibles (Paris & Omar, 2009; Nava, Quiroz, Zaira & Soria, 2010; Ortega & Salanova, 2016).
Los recursos desempeñan un rol crucial en la relación estrés - salud - enfermedad y son entendidos como características más o menos estables del individuo y del ambiente en que se desenvuelve (Sandín & Chorot, 2003; Paris & Omar, 2009; Ortega & Salanova, 2016 ).
En ese sentido, según Folkman (2010) el estrés es un fenómeno contextual, se trata de una transacción entre la persona y el contexto en el que se encuentra en un momento determinado. Por lo tanto, la eficacia de las estrategias de Afrontamiento y los resultados asociados a ella depende tanto de los aspectos estables (características de personalidad, valores y creencias personales) como de los elementos inherentes a la propia situación, entre los
que destacan las emociones que la persona siente en ese
momento (Törestad, Magnuson y Oláh, 1990; Lazarus,
2000; Ortega y Salanova, 2016). Las estrategias propuestas por Lazarus y Folkman (1984) son el Afrontamiento dirigido a la acción, que son todas aquellas actividades o manipulaciones orientadas
a modificar o alterar el problema; y el Afrontamiento dirigido a la emoción, que implica las acciones que ayudan a regular las respuestas emocionales a las que el problema da lugar (Folkman & cols, 1986) .Las formas de Afrontamiento dirigidas a la emoción
tienen más probabilidad de aparecer cuando ha habido una evaluación de la que no se puede hacer nada para modificar las condiciones amenazantes o desafiantes del entorno. Por otro lado, las formas de Afrontamiento dirigidas al problema son más susceptibles de aparecer cuando tales condiciones resultan evaluadas como susceptibles de cambio (Nava & cols, 2010).
Una tercera respuesta de Afrontamiento, planteada posteriormente, se refiere a mantener un estado positivo frente a las situaciones graves de estrés, denominado Afrontamiento centrado en estados positivos (Folkman, 1997; Folkman & Moskowitz, 2000; Forero, Bernal & Restrepo, 2005; Moskowitz , Shmueli - Blumger, Acree
Y Folkman, 2012). El uso de estrategias de Afrontamiento pueden ser o no adaptativas (Sandín & Chorot, 2003) y no siempre el proceso es positivo, incluso cuando se tenga éxito en eliminar o mitigar el estresor, pues el proceso en sí mismo conlleva una fatiga que puede llegar a tener iguales consecuencias negativas que el estresor, puesto
que agotan la capacidad psíquica y limitan los recursos de las personas (Kosek & Hansson, 1997; Gaviria, Vinaccia, Quiceno, Martínez, Yépez, Echevarría, Contreras & Pineda, 2006)...